San Martín, las damas
mendocinas y la Bandera de los Andes |
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“Luego de su intervención en el
Ejército del Norte, San Martín realiza insistentes gestiones para que el
entonces Director Supremo Gervasio Posadas, lo nombre Gobernador Intendente
de Cuyo. El propósito era formar un ejército en Mendoza, para pasar a Chile,
acabar con los realistas y tomar Lima, consagrando así su plan de liberación
continental”, escribe Viviana Ceverino. San Martín llegó a Mendoza en el mes
de septiembre de 1814 y más tarde lo hizo su joven esposa María de los
Remedios Escalada.
San Martín y Remedios “Foro de la Memoria
Patricios”. Disponible en:
http://forodelamemoria.blogspot.com.ar/2011_11_27_archive.html (consultado el
03 de septiembre de 2014) Muy próximo a la fecha de partida,
durante la comida de Navidad de 1816 en la casa de Manuel Olazábal,
el mismo San Martín manifestó la necesidad de que su ejército contara con una
bandera. Entre las damas que se encontraban presentes en dicha celebración,
las que se comprometieron a llevar adelante la tarea estaban en primer lugar,
la esposa del Gobernador Intendente, María de los Remedios Escalada de San
Martín, la anfitriona, Laureana Ferrari de Olazábal, además de Dolores Prats de Huici,
Margarita Corvalán, Mercedes Álvarez, Carmen Zuluaga,
Elcira Anzorena y
Mercedes Zapata.
Bandera de los
Andes “Banderas
Argentinas”. Disponible en:
http://www.elchenque.com.ar/his/temrel/banderas.htm (consultado el 03
de septiembre de 2014) Recuerdos
de una dama Laureana Ferrari en carta a su marido Manuel
Olazábal fechada el 30 de noviembre de 1856, y
transcripta por Adolfo Cueto, recordaba anécdotas en torno de la confección
de la bandera en los siguientes términos: “…Desgraciadamente
quedaba muy poca cantidad y no de seda, sino simple sarga pero tan lustrosa
que presentaba un bonito aspecto”. “Naturalmente
la adquirimos enseguida junto con tela blanca de igual clase o muy parecida y
volamos a casa con nuestro hallazgo, participando a nuestras amigas”. “Inmediatamente
Remedios se puso a coser la bandera, mientras nosotras preparábamos las sedas
y demás menesteres para bordar; de los dos de mis abanicos sacamos gran
cantidad de lentejuelas de oro; de una roseta de diamantes de mamá sacamos
varios de ellos con engarce para adornar el óvalo y el sol del escudo, al que
pusimos varias perlas del collar de Remedios. “En
cuanto estuvo la bandera, dirigidas por Dolorcitas Prats, nos pusimos a
bordar; la primera dificultad fue dibujar el óvalo del escudo, no sabíamos
cómo hacerlo, cuando Dolorcitas, que para todo tenía ingenio, tomó una
bandeja de plata que había en el comedor y pisando un lápiz contra los bordes
quedó marcado el óvalo deseado de la bandera; otra idea de Dolorcitas fue
poner en agua hirviendo con lejía unas cuantas madejas de seda roja que había
para bordar el gorro frigio, de esa manera perdió la seda el color de tal
modo que vino a quedar del rosa más o menos deseado para bordar las manos…”. El trabajo de estas mujeres fue
intenso ya que en menos de dos semanas, el 5 de enero de 1817, la bandera
estuvo terminada y fue entregada a San Martín. |
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